Iron Man es un personaje que ha evolucionado muy poco durante sus mas de 40 años de existencia. Si bien es cierto que le faltó la suerte que tuvieron otros personajes, como por poner un ejemplo Thor cuando lo escribió y dibujó Walter Simonson, los X-Men de Claremont y Byrne o el Hulk de Peter David, esta falta de una etapa memorable de la que los aficionados hablen o recuerden, le ha convertido en segundón.
Pero algo ha cambiado en los últimos tiempos, su importante participación durante los sucesos de Civil War, le han dado su cota de poularidad. Aunque la muerte de Steve Rogers será algo que pese negativamente y que marque al personaje. También su efimero paso como lider de los Vengadores y jefe de S.H.I.E.L.D, al perder su puesto a favor de un villano como Osborn, le han vuelto a poner en el candelero, aunque sea para manifestar su carácter de secundario.
Pero Warren Ellis se dió cuenta de su potencial, porque pese a quien pese Iron Man es un clásico y solo le faltaba la ayuda de un buen guionista para potenciarlo. Y de esto va Extremis, del intento de un relanzamiento del personaje, de hacerlo más creible, de integrarlo a lo grande en el siglo XXI. Si bien el argumento es sencillo y clásico, Ellis lo adorna de modernidad, con una historia adulta de lo que representa Iron Man y las consecuencias que eso supone para Tony Stark. Pues en esta historia Tony tiene un papel estelar como un hombre atormentado al que persigue su pasado como creador de armas de destrucción masiva, es igual que luche con todas sus fuerzas para redimirse, pues la sociedad nunca le perdonará sus errores del pasado.
Pero, ¿que es Extremis?, es un virus biotecnológico que logra que la piel se convierta en algo más duro que el acero. Cuando este nuevo virus cae en manos de un terrorista, intervendrá Iron Man, solo para recibir una de las mayores palizas de su vida. La solución sera inyectarse el virus Extremis, para combatir en igualdad de condiciones que su rival.
La historia de Warren Ellis, sin ser espectacular, recoje de manera eficaz la grandeza de Iron Man y el sufrimiento interno de Stark, esta dualidad la hacen una obra a tener en cuenta.
En cuanto a Granov los dibujos son espectaculares, aunque un pelin estáticos, es lo malo de los dibujantes fotorrealistas, prima la pose sobre la agilidad narrativa, pero hay que reconocer que su dibujo es bueno.
Lo que podia haber dado pie a un relanzamiento del personaje, queda en una buena idea, pues los sucesivos guionistas, seguirian por otros derroteros volviendo a Iron Man a su eterno camino de mediocridad. Sin ser una obra maestra, es un cómic muy digno, a ver si alguien coje el testigo de Extremis y le da una oportunidad al viejo cabeza de lata.
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