El principal portadista de Marvel durante la Edad de oro fue Alex Schomburg, un maestro en la representación de escenas de masas. Su trabajo, a la vez espectacular y minucioso, era a menudo lo mejor de los cómics que se beneficiaron de sus cubiertas.
Goodman (dueño de Marvel), a quien le gustaba sacar partido de su dinero, decía que cuando Schomburg dibujaba un puente se distinguía cada remache.
Schomburg trabajaba en su propio estudio, sin supervisión directa, aunque se dice que algunas de sus cubiertas eran acabados de bocetos realizados por un staff de dibujantes.
Su primer trabajo para Timely apareció en el nº 1 de Daring Mystery ( 1940), pero dio su verdadera talla durante la guerra, cuando empezó a producir fantasmagóricos tumultos de hombres, máquinas y monstruos, además de tantos superhéroes como podía meter en una página. Schomburg siempre retrató el caos más devastador con un estilo preciso y elegante.
Goodman (dueño de Marvel), a quien le gustaba sacar partido de su dinero, decía que cuando Schomburg dibujaba un puente se distinguía cada remache.
Schomburg trabajaba en su propio estudio, sin supervisión directa, aunque se dice que algunas de sus cubiertas eran acabados de bocetos realizados por un staff de dibujantes.
Su primer trabajo para Timely apareció en el nº 1 de Daring Mystery ( 1940), pero dio su verdadera talla durante la guerra, cuando empezó a producir fantasmagóricos tumultos de hombres, máquinas y monstruos, además de tantos superhéroes como podía meter en una página. Schomburg siempre retrató el caos más devastador con un estilo preciso y elegante.
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