Continua la precuela de los justicieros creados en su dia por Alan Moore y Dave
Gibbons, el autor de la misma es el canadiense Darwyn Cooke, quien en el primer
número de la serie nos hacia una presentación de los personajes y en este número
ahonda en el carácter de los mismos, demostrando que tras una fachada alegre y
ligera, se esconden unos corazones deshonestos y oscuros.
Minutemen # 2 empieza en 1962, el ya jubilado Hollis Mason el primer Búho Nocturno, se prepara para publicar su autobiografia "Tras la capucha" y para ello contacta con el antiguo manager del grupo, Laurence (Larry) Schexnayder pero fracasa, lo que tiene que contar es demasiado duro y pone en peligro el negocio que representan para Larry los Minutemen.
Cansado y con un poso de amargura, Hollis rememora su paso por el grupo y vuelve su mente a 1939, cuando se preparan para su primera misión, la cual es un sonoro fracaso, pero consiguen manipular los medios de comunicación y lo convierten en un triunfo glorioso.
El problema es cuando la codicia y la ambición se apoderan de gran parte de los justicieros, que anteponen su gloria personal a una lucha eficaz contra el crimen, sólo tres de ellos son honestos e investigan una red de trafico de niños, aparte todo se complica por la homoxesualidad de parte de sus integrantes.
Cooke sigue perfilando la compleja identidad de los Minutemen, consiguiendo transmitir el lado oscuro del grupo y lo hace de manera sutil, sin truculencias, pero no por ello menos impactante. En el caso de los niños, basta con un pequeña huella de sangre en el suelo y las lágrimas de un héroe, para prevenirnos de lo que se avecina. En el caso de Justicia Encapuchada aparte de su homoxesualidad, nos muestra su parte sádica, todo ello contado con coherencia y sin dramatismos.
Gráficamente, Cooke es un autor de recursos ilimitados, de trazo elegante y narrativa económica, capaz de conseguir que la lectura de la obra parezca facil y agradable pese a tratar temas esacabrosos.
Los Minutemen fueron una presencia pequeña en la obra de Moore, pero Cooke los hace grandes, muy grandes.
Brillante guión, gran ambientación, soberbio dibujo y sin duda una de las series del año.
Minutemen # 2 empieza en 1962, el ya jubilado Hollis Mason el primer Búho Nocturno, se prepara para publicar su autobiografia "Tras la capucha" y para ello contacta con el antiguo manager del grupo, Laurence (Larry) Schexnayder pero fracasa, lo que tiene que contar es demasiado duro y pone en peligro el negocio que representan para Larry los Minutemen.
Cansado y con un poso de amargura, Hollis rememora su paso por el grupo y vuelve su mente a 1939, cuando se preparan para su primera misión, la cual es un sonoro fracaso, pero consiguen manipular los medios de comunicación y lo convierten en un triunfo glorioso.
El problema es cuando la codicia y la ambición se apoderan de gran parte de los justicieros, que anteponen su gloria personal a una lucha eficaz contra el crimen, sólo tres de ellos son honestos e investigan una red de trafico de niños, aparte todo se complica por la homoxesualidad de parte de sus integrantes.
Cooke sigue perfilando la compleja identidad de los Minutemen, consiguiendo transmitir el lado oscuro del grupo y lo hace de manera sutil, sin truculencias, pero no por ello menos impactante. En el caso de los niños, basta con un pequeña huella de sangre en el suelo y las lágrimas de un héroe, para prevenirnos de lo que se avecina. En el caso de Justicia Encapuchada aparte de su homoxesualidad, nos muestra su parte sádica, todo ello contado con coherencia y sin dramatismos.
Gráficamente, Cooke es un autor de recursos ilimitados, de trazo elegante y narrativa económica, capaz de conseguir que la lectura de la obra parezca facil y agradable pese a tratar temas esacabrosos.
Los Minutemen fueron una presencia pequeña en la obra de Moore, pero Cooke los hace grandes, muy grandes.
Brillante guión, gran ambientación, soberbio dibujo y sin duda una de las series del año.
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