Segundo tomo de Panini que avanza en la saga de Miracleman, el superhéroe
definitivo. El personaje fue creado por Mick Anglo en 1954 hasta 1963 donde fue
cancelado y traido de vuelta en la revista Warrior # 1 (1982), esta nueva
adaptación corrió a cargo de Alan Moore y Garry Leach, con notables cambios
sobre el original.
Moore dio a la serie un enfoque más oscuro y adulto, alejándose de los cánones genéricos imperantes en la época de su creación , para ello deconstruye al superhéroe, lo desmitifica, lo cubre de imperfecciones; en pocas palabras, lo hace más creible.
En este tomo la serie se centra en dos importantes sucesos, uno es la vida y obra de uno de los villanos de la serie el Dr. Emil Gargunza y el otro el nacimiento de la hija de Miracleman.
Gargunza, criado en las calles de Brasil, donde gracias a su inteligencia se hace con el poder de los bajos fondos, aprovecha su nueva fortuna para estudiar genética en Europa, trabajando más tarde para los nazis, intuyendo la derrota del ejercito alemán, se une a los ingleses, trabajando para el servicio secreto.
La muerte de su madre le hace ser consciente de su propia mortalidad, la caida de una nave espacial de origen extraterrestre le ayuda en sus planes de vencer a la muerte, ya que consigue crear uno superhombres gracias al ADN alienigena, en los cuales transferir su mente.
Al fallar sus planes, decide raptar a la mujer de Miracleman, embarazada de una niña, la pequeña será su nuevo recipiente. La batalla entre el villano y el superser seá cruenta y no habrá concesiones, las vidas de la mujer y la niña están en juego.
Historia dura y sin concesiones, Moore sigue mostrándonos su buen hacer. Crear un villano folletinesco como Garunza y convertirloen algo aterrador no es fácil, tampoco lo es hacer una obra tan descarnada, donde el héroe mata al villano sin un mero atisbo de compasión ¿lo haría Superman?.
Moore dio a la serie un enfoque más oscuro y adulto, alejándose de los cánones genéricos imperantes en la época de su creación , para ello deconstruye al superhéroe, lo desmitifica, lo cubre de imperfecciones; en pocas palabras, lo hace más creible.
En este tomo la serie se centra en dos importantes sucesos, uno es la vida y obra de uno de los villanos de la serie el Dr. Emil Gargunza y el otro el nacimiento de la hija de Miracleman.
Gargunza, criado en las calles de Brasil, donde gracias a su inteligencia se hace con el poder de los bajos fondos, aprovecha su nueva fortuna para estudiar genética en Europa, trabajando más tarde para los nazis, intuyendo la derrota del ejercito alemán, se une a los ingleses, trabajando para el servicio secreto.
La muerte de su madre le hace ser consciente de su propia mortalidad, la caida de una nave espacial de origen extraterrestre le ayuda en sus planes de vencer a la muerte, ya que consigue crear uno superhombres gracias al ADN alienigena, en los cuales transferir su mente.
Al fallar sus planes, decide raptar a la mujer de Miracleman, embarazada de una niña, la pequeña será su nuevo recipiente. La batalla entre el villano y el superser seá cruenta y no habrá concesiones, las vidas de la mujer y la niña están en juego.
Historia dura y sin concesiones, Moore sigue mostrándonos su buen hacer. Crear un villano folletinesco como Garunza y convertirloen algo aterrador no es fácil, tampoco lo es hacer una obra tan descarnada, donde el héroe mata al villano sin un mero atisbo de compasión ¿lo haría Superman?.
El genial guionista refleja su pesimismo, le tocó vivir una época muy
desafortunada, el gobierno de Margaret Thatcher, ahogó las ilusiones de muchos
jóvenes, fue una época de agitación social y un fuerte desempleo, sumiendo a su
pais en un momento muy oscuro. Este cómic es fiel reflejo de estos sucesos,
aunque también es valiente y transgresor, capaz de romper los moldes del
género.
La parte gráfica corre a cargo de Rick Veitch, Chuck Austen, John
Ridgway, aunque el peso de gran parte de la obra corre a cargo de un brillante
Alan Davis.
Miracleman, es una de las mejores series de los 80, convirtiéndose en un objeto de culto, nadie debería perdérsela.
Miracleman, es una de las mejores series de los 80, convirtiéndose en un objeto de culto, nadie debería perdérsela.
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