Suele ser bastante habitual en el mundo del cómic, que cuando un personaje deja de ser productivo a nivel de ventas se cambie al equipo creativo que lo desarrolla en ese momento, en estos casos se suele apostar por dar la colección a jóvenes promesas que vienen con ideas frescas e innovadoras, este fue el caso de Roger Stern y John Byrne, el personaje en cuestión no fue otro que el Capitán América.
Ambos autores habian trabajado con anterioridad en fanzines, tiempo después Byrne conseguiría trabajo en la editorial Charlton, para firmar posteriormente por Marvel, donde firmaría un notable trabajo en la serie de Iron Fist, en Marvel también se encontraba Stern ejerciendo de editor en algunas series de la compañia, ambos tenian ganas de colaborar en un proyecto, este no fue otro que un anual de Hulk.
No obstante las labores de editor de Stern le impedian desarrollar una serie regular como guionista, todo eso cambió, Stern abandonó su cargo en 1979 y junto a su amigo, se hicieron cargo de la serie regular del Capi, esto sucedió en Captain America # 247 (julio 1980), estando al frente de la serie hasta el nº 255 (marzo 1981).
Las aventuras del Capi de Stern y Byrne destilan clasicismo y un profundo respeto a uno de los grandes iconos de la editorial, en estos números se enfrentará a villanos del calibre del Hombre Dragón, el Forjador de Máquinas, Batroc y Mr. Hyde y el vampiro nazi Barón Sangre.
Aparte su vida privada se humanizó, ya que el personaje en su vida civil era un dibujante publicitario agobiado por los plazos de entrega,a la vez que vivia en un edificio de apartamentos de Brooklin, muy alejado del glamour de la mansión de Los Vengadores, en este edificio interactuaba con un variopinto grupo de inquilinos, en el cual destaca Bernadette Rosenthal, una hermosa y simpática joven que seria el complemento amoroso del héroe.
En esta serie hay varios momentos especiales, uno de ellos ocurre en el nº 250 (octubre 1980), donde el Capi evita un atentado terrorista en la convención de un nuevo grupo politico, el Partido Populista, los cuales le piden que sea su candidato a la presidencia, este se lo piensa seriamente, para posteriormente declinar el ofrecimiento, ya que considera que trabajar tras un despacho, le impide ayuda de verdad a la gente que le necesita.
Otro gran momento de la serie sería sin duda los nº 253-54 (enero-febreo 1981) donde el Capi debe trasladarse a Inglaterra a combatir contra el Barón Sangre, alli se encontrá con viejos aliados con los que combatió en la II Guerra Mundial como eran Union Jack y su hija Cascarrabias, por supuesto la edad a hecho mella en ambos, la historia que nos cuentan es muy emotiva, está muy bien desarrollada, siendo de lo mejor de esta etapa.
Y por último esta el nº 255 (marzo 1981) el cual coincidía con el 40 aniversario de la creación del personaje, en donde ambos autores nos muestran el origen del Capitán América y lo hacen de forma magistral.
En aquella época Byrne era un joven dibujante lleno de un inmenso talento y en esta serie dio buena muestra del mismo siendo considerado como uno de sus grandes trabajos, estando ayudado a las tintas por un inspirado Joe Rubinstein.
Todo tiene un final, Stern habia planificado una saga de tres números donde la estrella invitada era Cráneo Rojo, pero el editor en jefe Jim Shooter, exigió que las historia fueran autoconclusivas o como mucho fueran desarrolladas en dos números, esta injerencia en un guión cerrado llevó tanto Stern como a Byrne a dimitir.
La etapa de estos dos grandes autores es una auténtica joya, una revisión nostálgica donde el Capi es retratado como un hombre fuera de su tiempo, pero firme en sus ideales. Un clásico imprescindible del Marvel de principios de los 80.
Ambos autores habian trabajado con anterioridad en fanzines, tiempo después Byrne conseguiría trabajo en la editorial Charlton, para firmar posteriormente por Marvel, donde firmaría un notable trabajo en la serie de Iron Fist, en Marvel también se encontraba Stern ejerciendo de editor en algunas series de la compañia, ambos tenian ganas de colaborar en un proyecto, este no fue otro que un anual de Hulk.
No obstante las labores de editor de Stern le impedian desarrollar una serie regular como guionista, todo eso cambió, Stern abandonó su cargo en 1979 y junto a su amigo, se hicieron cargo de la serie regular del Capi, esto sucedió en Captain America # 247 (julio 1980), estando al frente de la serie hasta el nº 255 (marzo 1981).
Las aventuras del Capi de Stern y Byrne destilan clasicismo y un profundo respeto a uno de los grandes iconos de la editorial, en estos números se enfrentará a villanos del calibre del Hombre Dragón, el Forjador de Máquinas, Batroc y Mr. Hyde y el vampiro nazi Barón Sangre.
En esta serie hay varios momentos especiales, uno de ellos ocurre en el nº 250 (octubre 1980), donde el Capi evita un atentado terrorista en la convención de un nuevo grupo politico, el Partido Populista, los cuales le piden que sea su candidato a la presidencia, este se lo piensa seriamente, para posteriormente declinar el ofrecimiento, ya que considera que trabajar tras un despacho, le impide ayuda de verdad a la gente que le necesita.
Y por último esta el nº 255 (marzo 1981) el cual coincidía con el 40 aniversario de la creación del personaje, en donde ambos autores nos muestran el origen del Capitán América y lo hacen de forma magistral.
Todo tiene un final, Stern habia planificado una saga de tres números donde la estrella invitada era Cráneo Rojo, pero el editor en jefe Jim Shooter, exigió que las historia fueran autoconclusivas o como mucho fueran desarrolladas en dos números, esta injerencia en un guión cerrado llevó tanto Stern como a Byrne a dimitir.
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