Segundo tomo de Marvel Edición Limitada que se adentra en la imprescindible etapa de Doug Moench y Paul Gulacy, estos números suponen un cambio conceptual del personaje, que sirvieron para dar un novedoso enfoque a la serie.
Moench apostó por dar un nuevo enfoque a Shang-Chi, hasta ahora el personaje era un hombre enfrentado a su padre, el malvado Fu Manchu y sus hordas de asesinos Si-Fan, todo esto cambió, ya que el personaje se unió al MI-6, derivando la serie a unas elaboradas historias de espionaje al estilo de las películas de James Bond. Creó unos sofisticados villanos como Carlton Velcro y su guardaespaldas Puños de Navaja o Mordillo y su isla de diabólica fantasía, sin olvidarnos del maestro de las artes marciales Shen Kuei apodado el gato, u Onda de Choque y su poderoso exoesqueleto eléctrico.
Es cierto que los villanos tenían empaque, pero donde más se potenció el argumento fue sin duda en las relaciones personales de los distintos personajes que pueblan la serie y más con la aparición de la bella Leiko Wu, antaño pareja de Clive Reston y ahora enamorada de Shang-Chi, entre ambos hombres surge la disputa por conseguir a la chica, pero entre ellos no hay rencor, esta relación a tres es uno de los puntos fuertes de la historia, por la delicadeza con la que Moench retrata a los personajes y sus emociones.
También surge un nuevo personaje, el atormentado James Larner, cuya vida se vio potenciada en la hora de su muerte, ya que demostró ser un auténtico héroe. Otro punto a considerar es Sir Nayland Smith, aquí ya no es retratado como un el líder altruista y benefactor, si no como un personaje obsesionado con dar muerte a Fu Manchu, eso es lo único que da sentido a su vida, aparte juega con los ideales de Shang-Chi, ese es otro factor a considerar ya que el joven se da cuenta de que Smith le utiliza para sus juegos de espías, sintiéndose manipulado con lo que ira perdiendo paulatinamente parte de su inocencia y de su enfoque pacifista del mundo que le rodea. Es muy significativo el final del tomo en el cual Smith se queda solo, incluso el siempre leal Black Jack Tarr le abandona.
Hasta ahora se ha comentado las bonanzas de la parte argumental que no son pocas, ahora pasamos a las gráficas ya que Gulacy crea un trabajo soberbio, desde su rompedor diseño de página, pasando por una visión muy dinámica y cinematográfica de la acción, a lo que ayuda que el dibujante dote a los personajes principales de la serie con los rostros de actores clásicos de Hollywood, asi vemos desfilar a Marlon Brando, Marlene Dietrich, David Niven, Sean Connery etc...
Por el medio del tomo, está el Master of Kung Fu Annual # 1 (1976), donde el bueno de Shang-Chi comparte protagonismo con otro maestro de las artes marciales Puño de Hierro, pese a contar con guión de Moench, la historia es totalmente anodina y decepcionante, tampoco ayuda mucho el arte Keith Pollard, que firma un trabajo rutinario, muy alejado de las maravillas que dejó para la serie de Thor.
Sin embargo, lo mejor de Master of Kung Fu, era la serie regular, donde tanto Moench como Gulacy dieron lo mejor de si mismos para lograr uno de los mejores cómics de los 70 y una obra maestra imperecedera.
Moench apostó por dar un nuevo enfoque a Shang-Chi, hasta ahora el personaje era un hombre enfrentado a su padre, el malvado Fu Manchu y sus hordas de asesinos Si-Fan, todo esto cambió, ya que el personaje se unió al MI-6, derivando la serie a unas elaboradas historias de espionaje al estilo de las películas de James Bond. Creó unos sofisticados villanos como Carlton Velcro y su guardaespaldas Puños de Navaja o Mordillo y su isla de diabólica fantasía, sin olvidarnos del maestro de las artes marciales Shen Kuei apodado el gato, u Onda de Choque y su poderoso exoesqueleto eléctrico.
Es cierto que los villanos tenían empaque, pero donde más se potenció el argumento fue sin duda en las relaciones personales de los distintos personajes que pueblan la serie y más con la aparición de la bella Leiko Wu, antaño pareja de Clive Reston y ahora enamorada de Shang-Chi, entre ambos hombres surge la disputa por conseguir a la chica, pero entre ellos no hay rencor, esta relación a tres es uno de los puntos fuertes de la historia, por la delicadeza con la que Moench retrata a los personajes y sus emociones.
También surge un nuevo personaje, el atormentado James Larner, cuya vida se vio potenciada en la hora de su muerte, ya que demostró ser un auténtico héroe. Otro punto a considerar es Sir Nayland Smith, aquí ya no es retratado como un el líder altruista y benefactor, si no como un personaje obsesionado con dar muerte a Fu Manchu, eso es lo único que da sentido a su vida, aparte juega con los ideales de Shang-Chi, ese es otro factor a considerar ya que el joven se da cuenta de que Smith le utiliza para sus juegos de espías, sintiéndose manipulado con lo que ira perdiendo paulatinamente parte de su inocencia y de su enfoque pacifista del mundo que le rodea. Es muy significativo el final del tomo en el cual Smith se queda solo, incluso el siempre leal Black Jack Tarr le abandona.
Hasta ahora se ha comentado las bonanzas de la parte argumental que no son pocas, ahora pasamos a las gráficas ya que Gulacy crea un trabajo soberbio, desde su rompedor diseño de página, pasando por una visión muy dinámica y cinematográfica de la acción, a lo que ayuda que el dibujante dote a los personajes principales de la serie con los rostros de actores clásicos de Hollywood, asi vemos desfilar a Marlon Brando, Marlene Dietrich, David Niven, Sean Connery etc...
Por el medio del tomo, está el Master of Kung Fu Annual # 1 (1976), donde el bueno de Shang-Chi comparte protagonismo con otro maestro de las artes marciales Puño de Hierro, pese a contar con guión de Moench, la historia es totalmente anodina y decepcionante, tampoco ayuda mucho el arte Keith Pollard, que firma un trabajo rutinario, muy alejado de las maravillas que dejó para la serie de Thor.
Sin embargo, lo mejor de Master of Kung Fu, era la serie regular, donde tanto Moench como Gulacy dieron lo mejor de si mismos para lograr uno de los mejores cómics de los 70 y una obra maestra imperecedera.
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