lunes, 6 de julio de 2015

Spiderman en la Tierra Salvaje

Una de las más extrañas aventuras de nuestro héroe arácnido sucedió en The Amazing Spiderman # 133-134 (diciembre 1971-enero 1972). Esta pequeña historia estaba firmada por Roy Thomas a los guiones y el gran Gil Kane a los lápices.
Nuestro amistoso vecino Spiderman, debe pelear por su vida y la de su novia (Gwen Stacy) en la primitiva y hostil Tierra Salvaje, muy lejos de su habitat natural, los callejones y edificios de New York.
J.Jonah Jameson decide potenciar las ventas de su periódico el Daily Bugle y espoleado por un rumor sobre un extraño ser que asoló una expedición cientifica en el Artico, decide investigar y asi encamina sus pasos a la Tierra Salvaje, acompañado por Peter Parker, su novia Gwen y un guia llamado Calkin.
Al llegar al paraiso perdido son atacados por una gigantesca criatura a la que los lugareños llaman Gog, esta rapta a la chica, para entregarla a su amo, que resulta ser uno de los viejos enemigos del lanza redes, Kraven el Cazador.
Kraven que se considera el rey de este mundo necesita una reina y por eso ha posado sus ojos sobre la hermosa joven, tanto Spiderman como Ka-zar y su dientes de sable Zabu deben emplearse a fondo para derrotar al monstruo y al villano.
Por medio de la batalla, iremos conociendo el origen de Gog, un ser llegado de otro mundo, el único de su especie, apenas un embrión cuando es recogido por Kraven y usado para sus planes de conquista, un enorme alienigena con el cerebro de un niño.
Vaya por delante que no es la mejor historia que he leido de Spidermam, pero siempre ha ejercido sobre mi una gran fascinación, tal vez por que Thomas rinde un sincero homenaje al clásico cinematográfico King Kong (1933) de Wills O´Brien y a las peliculas de monstruos de serie B que poblaron las carteleras americanas en los años 50.
Y si a los lápices está el trazo agil y elegante de Gil Kane el interés se multiplica. Historia entrenida un tanto extravagante y por supuesto emotiva, ya que cuando la criatura muere hundida en arenas movedizas, no puedes más que sentir compasión, pues elle era sin duda lo mejor de la función, una victima más de la codicia humana.

1 comentario:

  1. Una pequeña corrección, no son los números 133 y 134, sino 103 y 104.

    ResponderEliminar