Uno de los mejores guionistas del medio, Mark Millar (Ultimates, Kick-Ass) se une a uno de los dibujantes más interesantes de los últimos tiempos, Goran Parlov (MAX: Punisher, MAX: Furia) para crear una bonita y emotiva historia de aventuras espaciales.
Duke McQueen es un sexagenario, al que la muerte de su mujer sume en un estado de tristeza, sus hijos tampoco le ayudan mucho a superar este vacio existencial, ya que le ven como una carga, asi solo le quedan los recuerdos de lo ocurrido cuatro décadas atrás, cuando siendo un piloto de pruebas su avión atraviesa una barrera dimensional y aterriza en Tántalus, un planeta al que libra de un cruel tirano, logrando convertirse en un héroe para el pueblo.
Sin embargo, de regreso a su mundo, se encuentra que nadie le cree, convirtiéndose en el hazmerreir de la prensa, este hecho le supone un gran pesar, que supera con el amor incondicional de su mujer. Este anciano lleva una vida apacible y solitaria, pero todo cambia cuando una nave espacial pilotada por un niño aterriza en su jardin para pedirle ayuda, ya que Tántalus está en grave peligro, una nueva y emocionante aventura le espera.
Millar crea un hermoso homenaje al Flash Gordon de Alex Raymon, la historia que nos cuenta es sencilla y ya ha sido contada infinidad de veces, por lo tanto corria el peligro de caer en lo reiterativo y monótono, pero el guionista tiene algunos trucos en la chistera que logran que la obra despegue, el primero es sin duda su falta de pretensiones, ya que es una historia de aventuras ligera de corte clásico, donde los villanos son muy malos y el héroe es arrojado y valiente, esta obra está creada para entretener por encima de todo.
El segundo es que está bien estructurada, tiene la parte justa de drama, humor y épica, tercero es que al lector le es muy fácil empatizar con el personaje un viejo y olvidado héroe, convertido en un hombre corriente y el último (quizás el mejor) contar con Parlov en la parte gráfica.
Parlov, autor de trazo sencillo y detallista, hace un despliegue de medios asombroso, atreviéndose a referenciar a un gigante del cómic como es Moebius y lo consigue con una nota alta.
Obra muy entretenida y recomendable, de las que se leen de un tirón y al finalizar el lector queda con ganas de más aventuras de ese gran personaje que es Duke McQueen.
Duke McQueen es un sexagenario, al que la muerte de su mujer sume en un estado de tristeza, sus hijos tampoco le ayudan mucho a superar este vacio existencial, ya que le ven como una carga, asi solo le quedan los recuerdos de lo ocurrido cuatro décadas atrás, cuando siendo un piloto de pruebas su avión atraviesa una barrera dimensional y aterriza en Tántalus, un planeta al que libra de un cruel tirano, logrando convertirse en un héroe para el pueblo.
Sin embargo, de regreso a su mundo, se encuentra que nadie le cree, convirtiéndose en el hazmerreir de la prensa, este hecho le supone un gran pesar, que supera con el amor incondicional de su mujer. Este anciano lleva una vida apacible y solitaria, pero todo cambia cuando una nave espacial pilotada por un niño aterriza en su jardin para pedirle ayuda, ya que Tántalus está en grave peligro, una nueva y emocionante aventura le espera.
Millar crea un hermoso homenaje al Flash Gordon de Alex Raymon, la historia que nos cuenta es sencilla y ya ha sido contada infinidad de veces, por lo tanto corria el peligro de caer en lo reiterativo y monótono, pero el guionista tiene algunos trucos en la chistera que logran que la obra despegue, el primero es sin duda su falta de pretensiones, ya que es una historia de aventuras ligera de corte clásico, donde los villanos son muy malos y el héroe es arrojado y valiente, esta obra está creada para entretener por encima de todo.
Parlov, autor de trazo sencillo y detallista, hace un despliegue de medios asombroso, atreviéndose a referenciar a un gigante del cómic como es Moebius y lo consigue con una nota alta.
Obra muy entretenida y recomendable, de las que se leen de un tirón y al finalizar el lector queda con ganas de más aventuras de ese gran personaje que es Duke McQueen.
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