Jeph Loeb y Tim Sale forman uno de los equipos creativos mas interesantes y originales del género superheroico, se empeñaron tanto en Marvel como en DC en contarnos el origen de algunos de los personajes más emblemáticos de ambas editoriales, así surgieron títulos como Batman: El largo Halloween y su continuación Victoria Oscura, sin olvidarnos de Superman: Para todas las estaciones.
En Marvel lo han hecho con el curioso procedimiento de aplicar un color a un determinado personaje, Daredevil: Amarillo, Spiderman: Azul y Hulk: Gris y por último Capitán América; Blanco.
Esta última obra se vendió como una serie limitada en 2008, e incluso llegó a salir un número cero, lo cual creó grandes expectativas, pero inexplicablemente el proyecto se paralizó, muchos aficionados temieron que jamás vería la luz, pero se reanudó, siendo publicada en el 2015.
La historia está/ ambientada en La II Segunda Guerra Mundial, donde el Capitán América junto a su pupilo Bucky deben cumplir una misión en el París ocupado por los nazis, cuyo líder no es otro que Cráneo Rojo, pero no están solos cuentan con estimable ayuda del duro Sgt. Furia y sus Comandos Aulladores, asi juntos deben derrotar al villano e intentar salir ilesos de la misión.
Loeb otorga al personaje un toque de inocencia acorde con los tiempos en los que transcurre la acción, la historia que nos cuenta es sencilla, pero que esa simpleza argumental no engañe al lector, la serie tiene empaque y es entretenida, habla de valores tan universales como la camaradería, la amistad y del sentimiento de culpa al perder un compañero, ya que llevar a la guerra a un niño y verlo morir es dificilmente aceptable.
El Capi debe purgar su conciencia y lo hace recordando los buenos tiempos que pasó junto a su compañero, dias de batalles sin fin, de actos heroicos y al final el tremendo vacío que produce su pérdida, con el tiempo esta herida puede llegar a curarse.
El trabajo de Sale te deja sin aliento, es abrumador, logra potentes viñetas a página doble, todo ello acompañado de un frenético ritmo, logrando transportarnos fácilmente al espiritu de la contienda, eso sin olvidarnos del homenaje realizado en estas páginas a dos de sus dibujantes favoritos, Jim Steranko y Jack Kirby, mención aparte reseñar el espléndido uso del color por parte de Dave Stewart.
No es el mejor trabajo realizado por los autores para Marvel, para mi ese recae por méritos propios en Daredevil: Amarillo, pero es muy entretenido, estando muy por encima de la media, se nota que está realizado con enorme cariño por sus creadores y eso se refleja en toda la obra. Se recomienda su lectura.
En Marvel lo han hecho con el curioso procedimiento de aplicar un color a un determinado personaje, Daredevil: Amarillo, Spiderman: Azul y Hulk: Gris y por último Capitán América; Blanco.
Esta última obra se vendió como una serie limitada en 2008, e incluso llegó a salir un número cero, lo cual creó grandes expectativas, pero inexplicablemente el proyecto se paralizó, muchos aficionados temieron que jamás vería la luz, pero se reanudó, siendo publicada en el 2015.
La historia está/ ambientada en La II Segunda Guerra Mundial, donde el Capitán América junto a su pupilo Bucky deben cumplir una misión en el París ocupado por los nazis, cuyo líder no es otro que Cráneo Rojo, pero no están solos cuentan con estimable ayuda del duro Sgt. Furia y sus Comandos Aulladores, asi juntos deben derrotar al villano e intentar salir ilesos de la misión.
Loeb otorga al personaje un toque de inocencia acorde con los tiempos en los que transcurre la acción, la historia que nos cuenta es sencilla, pero que esa simpleza argumental no engañe al lector, la serie tiene empaque y es entretenida, habla de valores tan universales como la camaradería, la amistad y del sentimiento de culpa al perder un compañero, ya que llevar a la guerra a un niño y verlo morir es dificilmente aceptable.
El Capi debe purgar su conciencia y lo hace recordando los buenos tiempos que pasó junto a su compañero, dias de batalles sin fin, de actos heroicos y al final el tremendo vacío que produce su pérdida, con el tiempo esta herida puede llegar a curarse.
El trabajo de Sale te deja sin aliento, es abrumador, logra potentes viñetas a página doble, todo ello acompañado de un frenético ritmo, logrando transportarnos fácilmente al espiritu de la contienda, eso sin olvidarnos del homenaje realizado en estas páginas a dos de sus dibujantes favoritos, Jim Steranko y Jack Kirby, mención aparte reseñar el espléndido uso del color por parte de Dave Stewart.
No es el mejor trabajo realizado por los autores para Marvel, para mi ese recae por méritos propios en Daredevil: Amarillo, pero es muy entretenido, estando muy por encima de la media, se nota que está realizado con enorme cariño por sus creadores y eso se refleja en toda la obra. Se recomienda su lectura.
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