Planeta publica una de las grandes obras de ese genio que fue Alex Toth, autor que dibujó todo tipo de géneros, romance, western, superhéroes y terror para las revistas de la editorial Warren, también fue un brillante diseñador de diversas series de animación durante la década de los 60 y 70 para la productora Hanna-Barbera con títulos como Johnny Quest, Space Ghost, Fantastic Four o Super Friends por poner un ejemplo, todo ello le llevó a ser admirado por diferentes generaciones de dibujantes que admiraron su economía en el trazo y su deslumbrante juego de claroscuros, sin embargo su trabajo es poco reconocido por los aficionados al tener una obra muy dispersa y un tanto errática en su publicación.
A mediados de los 70, Toth se cansó de la industria, el cómic estaba cambiando a un tono más oscuro y violento, asi que se sintió halagado cuando un editor francés le ofreció realizar un nuevo personaje en formato novela gráfica, para su sección de cómics, dando el mando absoluto sobre su creación tanto para los guiones como para el dibujo y de esta libertad creativa surge, Jesse Bravo.
Bravo quedo huérfano muy joven, tras un periodo de diversos trabajos se unió a la armada como piloto, tras cuatro años de servicio la abandona para formar su propia empresa de vuelos chárter, pero durante la Gran Depresión era duro mantener la empresa y a menudo trabajaba como piloto acrobático para ganarse un dinero extra, un mafioso de un casino persigue a un hombre que le ha estafado y que se hace pasar por un piloto amigo de Bravo ya fallecido, la cosa se complica cuando el usurpador es novio de la hija del director de la película en la que trabaja Jesse.
Toth crea un héroe de corte clásico, donde desata su pasión por el cine de aventuras en especial de Errol Flynn, el cine negro en su versión mas ligth, las tiras de prensa sobre aviadores que tanto admiraba, ahi está el espíritu de Steve Cannion o Scorchy Smith, de creadores como Milton Caniff o Noel Sickles.
Cuando Toth realizó esta historia era ya un reputado profesional con más de veinte años de carrera, sin embargo todavía tenia la necesidad de probarse a si mismo, y es que su arte era muy grande, hay viñetas increíblemente detalladas, otras en las que apenas necesita unos trazos rápidos, simplificando su dibujo en función de una narrativa ágil, su potente juego de sombras y luces unido a unos arriesgados encuadres, hacen de cada plancha una pequeña joya.
Luego están las escenas voladoras, los aviones dibujados por el maestro son pesados pero ágiles, en continuo movimiento y lo mismo puede decirse de los automóviles, en la última historia Jesse se golpea en la cabeza y tiene unos extraños sueños, es la disculpa del autor para acercarnos a su particular universo, homenajea a dibujantes los ya mencionados Caniff, Sickles, Eisner o Hugo Pratt, sin olvidarnos de los seriales protagonizados por Tom Mix y Buster Crabbe en Flash Gordon.
Sin embargo, las bajas ventas de otras series llevó a la cancelación de la sección de cómics, quedando sin publicar Bravo for Adventures, el artista queria ver su obra publicada en Estados Unidos, logrando su publicación en la revista de Warren, The Rook.
Para muchos esta obra es un clásico perdido de la década de los 70, pero se hace dificil decir si es mejor que cualquier otro cómic de Toth, por que sus obras son excelentes, la pasión y la habilidad del autor transforma una historia un tanto simple en lo argumental y en algo apabullante en lo gráfico, consiguiendo un resultado notable.
A mediados de los 70, Toth se cansó de la industria, el cómic estaba cambiando a un tono más oscuro y violento, asi que se sintió halagado cuando un editor francés le ofreció realizar un nuevo personaje en formato novela gráfica, para su sección de cómics, dando el mando absoluto sobre su creación tanto para los guiones como para el dibujo y de esta libertad creativa surge, Jesse Bravo.
Bravo quedo huérfano muy joven, tras un periodo de diversos trabajos se unió a la armada como piloto, tras cuatro años de servicio la abandona para formar su propia empresa de vuelos chárter, pero durante la Gran Depresión era duro mantener la empresa y a menudo trabajaba como piloto acrobático para ganarse un dinero extra, un mafioso de un casino persigue a un hombre que le ha estafado y que se hace pasar por un piloto amigo de Bravo ya fallecido, la cosa se complica cuando el usurpador es novio de la hija del director de la película en la que trabaja Jesse.
Toth crea un héroe de corte clásico, donde desata su pasión por el cine de aventuras en especial de Errol Flynn, el cine negro en su versión mas ligth, las tiras de prensa sobre aviadores que tanto admiraba, ahi está el espíritu de Steve Cannion o Scorchy Smith, de creadores como Milton Caniff o Noel Sickles.
Cuando Toth realizó esta historia era ya un reputado profesional con más de veinte años de carrera, sin embargo todavía tenia la necesidad de probarse a si mismo, y es que su arte era muy grande, hay viñetas increíblemente detalladas, otras en las que apenas necesita unos trazos rápidos, simplificando su dibujo en función de una narrativa ágil, su potente juego de sombras y luces unido a unos arriesgados encuadres, hacen de cada plancha una pequeña joya.
Luego están las escenas voladoras, los aviones dibujados por el maestro son pesados pero ágiles, en continuo movimiento y lo mismo puede decirse de los automóviles, en la última historia Jesse se golpea en la cabeza y tiene unos extraños sueños, es la disculpa del autor para acercarnos a su particular universo, homenajea a dibujantes los ya mencionados Caniff, Sickles, Eisner o Hugo Pratt, sin olvidarnos de los seriales protagonizados por Tom Mix y Buster Crabbe en Flash Gordon.
Sin embargo, las bajas ventas de otras series llevó a la cancelación de la sección de cómics, quedando sin publicar Bravo for Adventures, el artista queria ver su obra publicada en Estados Unidos, logrando su publicación en la revista de Warren, The Rook.
Para muchos esta obra es un clásico perdido de la década de los 70, pero se hace dificil decir si es mejor que cualquier otro cómic de Toth, por que sus obras son excelentes, la pasión y la habilidad del autor transforma una historia un tanto simple en lo argumental y en algo apabullante en lo gráfico, consiguiendo un resultado notable.
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