The Creature from the Black Lagoon
USA 1954
Director: Jack Arnold
Productora: Universal
Productor: Willian Alland
Guión: Harry Essex, Arthur Ross
Fotografia: William E.Snyder
Efectos especiales: Charles S. Wellbourne
Intérpretes: Richard Carlson, Julia Adams, Richard Denning, Ben Chapman, Ricou Browning, Antonio Moreno.
Sin ser en realidad tan encomiable como la magnifica El increible hombre menguante (1957) y sin contener imágenes de impacto como las de It Came from Outer Space (1953) o Tarántula (1955), La mujer y el monstruo ha pasado por ser la pelicula más celebrada del hoy idolatrado Jack Arnold.
Segura fuente de inspiración de grandes obras como Tiburón (1975), La mujer y el monstruo comienza cuando una extraña criatura anfibia (un memorable diseño de Bud Westmore y Jack Keven) irrumpe en el seno de una expedición arqueológica, que trabajan en el Amazonas.
El ser, que interpreta bajo el agua el campeón olimpico Ricou Browning y sobre el suelo Ben Chapman, que es previamente atacado por los humanos, se enfurece, mata a algún expedicionario y se enamora locamente de la chica (la bella Julia Adams), cuyo magnifico bañador de una pieza pudo contemplarse originalmente en sugerente 3-D.
A pesar de lo nimio del argumento, Arnold hizo de La mujer y el monstruo una apreciable pelicula, gracias a su dominio de la atmósfera y a la concisa utilización de los minimos elementos dramáticos disponibles: unos pocos personajes, un par de decorados y unas gotas de erotismo.
Con clara voluntad de imprimir su estilo al film y con la intención de contar su historia, Arnold adoptó un punto de vista personal, un transcurrir dramático en el que las apariciones del monstruo tan pronto son sugeridas, como repentinamente explicitas y grotescas. La criatura, aunque represente el ancestral miedo humano al agua, no es malvado sino una victima con la que el espectador se identifica.
El buen funcionamiento taquillero de la pelicula, obligó a Arnold a emprender el rodaje de una segunda parte, Revenge of the Creature (1955), también realizada en 3-D y de inferiores resultados. Una nueva expedición viaja hasta la Laguna Negra para capturar a la criatura. Después de acabar la misión con éxito, los captores llevan al extraño anfibio a un acuario de Florida, donde John Agar y Lori Nelson, ictiólogos, se disponen a estudiarlo. Pero es la criatura la que se dispone a estudiar a la chica, ya que se enamora perdidamente de ella. El ser escamoso rapta a la bella cientifica, mientras algunos hombres la emprenden a balazos con él. Hastiado e incomprendido, la bestia vuelve al océano.
Pero no por mucho tiempo, pues sólo un año después, la Universal encargaria a John Sherwood la realización de The Creature Walk Among Us (1956), la tercera y la peor de las entregas. De nuevo una expedición viaja esta vez a Florida, para capturar a la criatura. Naturalmente, lo consiguen. Los cientificos, chicos malisimos, someten a la criatura a terribles experimentos, tras los que descubren que, bajo las escanmas, el ser anfibio tiene una especie de piel humana. Pero, como no, al final el monstruo escapa.
USA 1954
Director: Jack Arnold
Productora: Universal
Productor: Willian Alland
Guión: Harry Essex, Arthur Ross
Fotografia: William E.Snyder
Efectos especiales: Charles S. Wellbourne
Intérpretes: Richard Carlson, Julia Adams, Richard Denning, Ben Chapman, Ricou Browning, Antonio Moreno.
Sin ser en realidad tan encomiable como la magnifica El increible hombre menguante (1957) y sin contener imágenes de impacto como las de It Came from Outer Space (1953) o Tarántula (1955), La mujer y el monstruo ha pasado por ser la pelicula más celebrada del hoy idolatrado Jack Arnold.
Segura fuente de inspiración de grandes obras como Tiburón (1975), La mujer y el monstruo comienza cuando una extraña criatura anfibia (un memorable diseño de Bud Westmore y Jack Keven) irrumpe en el seno de una expedición arqueológica, que trabajan en el Amazonas.
El ser, que interpreta bajo el agua el campeón olimpico Ricou Browning y sobre el suelo Ben Chapman, que es previamente atacado por los humanos, se enfurece, mata a algún expedicionario y se enamora locamente de la chica (la bella Julia Adams), cuyo magnifico bañador de una pieza pudo contemplarse originalmente en sugerente 3-D.
A pesar de lo nimio del argumento, Arnold hizo de La mujer y el monstruo una apreciable pelicula, gracias a su dominio de la atmósfera y a la concisa utilización de los minimos elementos dramáticos disponibles: unos pocos personajes, un par de decorados y unas gotas de erotismo.
Con clara voluntad de imprimir su estilo al film y con la intención de contar su historia, Arnold adoptó un punto de vista personal, un transcurrir dramático en el que las apariciones del monstruo tan pronto son sugeridas, como repentinamente explicitas y grotescas. La criatura, aunque represente el ancestral miedo humano al agua, no es malvado sino una victima con la que el espectador se identifica.
El buen funcionamiento taquillero de la pelicula, obligó a Arnold a emprender el rodaje de una segunda parte, Revenge of the Creature (1955), también realizada en 3-D y de inferiores resultados. Una nueva expedición viaja hasta la Laguna Negra para capturar a la criatura. Después de acabar la misión con éxito, los captores llevan al extraño anfibio a un acuario de Florida, donde John Agar y Lori Nelson, ictiólogos, se disponen a estudiarlo. Pero es la criatura la que se dispone a estudiar a la chica, ya que se enamora perdidamente de ella. El ser escamoso rapta a la bella cientifica, mientras algunos hombres la emprenden a balazos con él. Hastiado e incomprendido, la bestia vuelve al océano.
Pero no por mucho tiempo, pues sólo un año después, la Universal encargaria a John Sherwood la realización de The Creature Walk Among Us (1956), la tercera y la peor de las entregas. De nuevo una expedición viaja esta vez a Florida, para capturar a la criatura. Naturalmente, lo consiguen. Los cientificos, chicos malisimos, someten a la criatura a terribles experimentos, tras los que descubren que, bajo las escanmas, el ser anfibio tiene una especie de piel humana. Pero, como no, al final el monstruo escapa.
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