Todo ocurrió durante la convención de cómics de San Diego en 1987, ambos autores se conocieron y durante una comida decidieron hacer una colaboración. A Moebius le encantaba Silver Surfer y como a Stan Lee también le apasionaba, ambos deciden unir sus talentos para crear una historia sobre el personaje. Los dos querian darle un enfoque distinto, alejarlo del mundo superheroico y crear una historia intimista, cargada de pesimismo y fatalidad y una gotitas de esperanza. La obra tiene un final feliz, pero el ser humano no sale muy bien librado, ya que se nos retrata como seres egoistas y mezquinos.
La historia está basada en un futuro no muy lejano, donde la llegada de Galactus es aprovechada por fanáticos religiosos como el reverendo Candell, para saciar su ansia de poder, autodenominándose el profeta del nuevo dios que ha llegado.
Un Silver Surfer que se pasea por nuestro planeta como un simple mendigo, se enfrentará a su antiguo Señor, para recordarle su promesa de no alimentarse de la Tierra. Galactus le dirá que no lo hará, pero que guiará a la humanidad hacia su autodestrucción, y cuando el mundo quede libre de sus pobladores, será su alimento.
Silver Surfer intenta hacernos comprender que lo que Galactus ofrece, "el libre albedrio", supondrá el fin del hombre. Pero no le escuchan, cegados por la magnificiencia de su nuevo dios, es atacado. Solo la hermana del falso profeta Elyna tiene el valor de ayudarle, aunque eso le cause la muerte. El corrupto profeta, ante la muerte de su hermana declara que Galactus es un monstruo y las naciones se enfrentan a él. El Devorador de Mundos descubre que su plan ha fracasado y abandona el planeta.
Pero los hombres, vacios de un dios al que adorar, quieren que Silver Surfer, sea su nuevo mesias, pero el no quiere mostrarles el camino, si no que sean ellos quienes descubran su sitio en el universo y Silver Surfer se va camino de su destino.
El guión de Stan Lee está lleno de una extraña poesia, rodeado de fatalismo y religiosidad, el lenguaje que emplea Silver Surfer es hermoso, con grandes frases cargadas de fe y esperanza, que te reconfortan ante tanta locura y destrucción. También evoca maravillosamente la eterna soledad del personaje y su constante frustación con la especie humana.
Todo ello acompañado del arte de Moebius, su Silver Surfer es de aspecto fuerte, pero le rodea un aura de belleza y pureza, que ningún otro autor ha sabido captar. Ver a Galactus en su inmensa furia, destruyendo ciudades como si fueran de papel, dibujado por Moebius te da la sensación de realismo. El autor no copia a otros ilustres dibujantes del personaje como Jack Kirby o John Buscema, si no que sigue su propio estilo, con un dibujo a medio camino del comic-book más tradicional y el europeo de autor, logrando unir lo mejor de ambos, para conseguir un espléndido trabajo.
Puede resumirse, como uno de lo mejores cómics de los 80, lleno de espectacularidad y misticismo religioso y sobre todo lleno del talento de sus autores.
La historia está basada en un futuro no muy lejano, donde la llegada de Galactus es aprovechada por fanáticos religiosos como el reverendo Candell, para saciar su ansia de poder, autodenominándose el profeta del nuevo dios que ha llegado.
Un Silver Surfer que se pasea por nuestro planeta como un simple mendigo, se enfrentará a su antiguo Señor, para recordarle su promesa de no alimentarse de la Tierra. Galactus le dirá que no lo hará, pero que guiará a la humanidad hacia su autodestrucción, y cuando el mundo quede libre de sus pobladores, será su alimento.
Silver Surfer intenta hacernos comprender que lo que Galactus ofrece, "el libre albedrio", supondrá el fin del hombre. Pero no le escuchan, cegados por la magnificiencia de su nuevo dios, es atacado. Solo la hermana del falso profeta Elyna tiene el valor de ayudarle, aunque eso le cause la muerte. El corrupto profeta, ante la muerte de su hermana declara que Galactus es un monstruo y las naciones se enfrentan a él. El Devorador de Mundos descubre que su plan ha fracasado y abandona el planeta.
Pero los hombres, vacios de un dios al que adorar, quieren que Silver Surfer, sea su nuevo mesias, pero el no quiere mostrarles el camino, si no que sean ellos quienes descubran su sitio en el universo y Silver Surfer se va camino de su destino.
El guión de Stan Lee está lleno de una extraña poesia, rodeado de fatalismo y religiosidad, el lenguaje que emplea Silver Surfer es hermoso, con grandes frases cargadas de fe y esperanza, que te reconfortan ante tanta locura y destrucción. También evoca maravillosamente la eterna soledad del personaje y su constante frustación con la especie humana.
Todo ello acompañado del arte de Moebius, su Silver Surfer es de aspecto fuerte, pero le rodea un aura de belleza y pureza, que ningún otro autor ha sabido captar. Ver a Galactus en su inmensa furia, destruyendo ciudades como si fueran de papel, dibujado por Moebius te da la sensación de realismo. El autor no copia a otros ilustres dibujantes del personaje como Jack Kirby o John Buscema, si no que sigue su propio estilo, con un dibujo a medio camino del comic-book más tradicional y el europeo de autor, logrando unir lo mejor de ambos, para conseguir un espléndido trabajo.
Puede resumirse, como uno de lo mejores cómics de los 80, lleno de espectacularidad y misticismo religioso y sobre todo lleno del talento de sus autores.
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