Los Nuevos Mutantes hizo su debut en 1982 de forma inhabitual, no como serie regular, si no como novela gráfica, más exactamente la nº 4 de la historia de Marvel. Asi pues, la historia del origen del grupo pasó a ser una novela gráfica utilizada a modo de fill-in y el nº 1 de The New Mutants (marzo de 1983) fue realmente el segundo número de la serie.
Los Nuevos Mutantes fueron creados por Chris Claremont y dibujados por Bob McLeod, eran un equipo de jóvenes adolescentes reunidos por el profesor Xavier, instructor de la Patrulla-X original. Esta nueva hornada de mutantes estaba formaba por: Karma, una chica vietnamita capaz de controlar las mentes ajenas; Loba Venenosa, una pelirroja escocesa que era en realida una mujer-loba de buenos sentimientos; Espejismo, una joven cheyenne capaz de proyectar imágenes ilusorias; Mancha Solar, un chico brasileño con poder para absorver la energía solar; y Bala de Cañón, un joven de Kentucky capaz de emitir energía termonuclear.
Al igual que sus predecesores los Hombres-X, este grupo de nuevos mutantes han reclutado nuevos miembros de cuando en cuando, como Magma, Cifra o Magic (hermana de Coloso), pero sin lugar a dudas el más interesante de los nuevos personajes fue el inimitable Warlock (no confundir con el héroe cósmico) creado por Bill Sienkiewicz en 1984, este personaje es una extraña máquina alienígena capaz de alterar su aspecto a voluntad, siendo usado a veces como contrapunto cómico en la serie.
La recopilación de Marvel Gold recoje parte del trabajo de Bill Sienkiewicz al frente de la misma, el autor se hizo cargo de la serie en el nº 16, aunque en este volumen empiece en el nº18, mas exactamente en 1984 con una saga mitica "La Saga del Oso Mistico".
En esta saga Claremont hurga como nadie en el terror adolescente, terror que refleja el paso de la niñez a la adolescencia, el oso demoniaco es un reflejo de este miedo a lo desconoicido, al futuro y los peligros que este lleva. Claremont dio a la serie un tono oscuro impropio de una serie basada en adolescentes y supo mezclar como nadie la angustia y la crisis juvenil con el misticismo y la ciencia-ficción.
Y quién mejor que Sienkiewicz para plasmar con su expresionismo abstracto y la fuerza de su arte el miedo y la confusión, su forma de encarar esta obra se llama ruptura. Tanto McLeod y más tarde Sal Buscema, excelentes dibujantes, aportaron un estilo clásico y lineal a la serie, algo lógico en 1982, pero las historias se hacian más adultas y sombrias. La forma de narrar de Sienkiewicz, liberado del Caballero Luna, donde plagió sin ningun rubor a Neal Adams, le hacian el autor apropiado para reconducir la serie. En Los Nuevos Mutantes, el autor se libera de corsés y crea su propio estilo, capaz de plasmar las cosas tal como las siente, deformando a veces su dibujo, llenándolo de manchas negras, ese oso transmite miedo con unos simples trazos y sombras, una forma de dibujar que transmite la intensidad con que el autor vive el cómic, en esta obra su dibujo no abusa como en otras posteriores de collages ni fotocopias, su dibujo no es recargado, simplemente deja que fluya de forma natural, consiguiendo un trabajo espléndido.
En resumen, una obra que recoje lo mejor de dos autores en plenitud, un sensitivo Claremont y un Sienkiewicz majestuoso.
Los años han pasado y el guionista es una mera sombra que pasea su antigua gloria en series de mutantes y el otro hora aclamado dibujante es un repititivo y excéntrico autor incapaz de alcanzar su esplendor perdido. Pero hubo una época donde lo mejor de ambos se conjuró y esa no es otra que Los Nuevos Mutantes, una serie irrepetible, que se convirtió de inmediato en uno de los mayores éxitos de Marvel. Al cabo de un tiempo Claremont pasó a ocuparse de otros proyectos y cedió el guión a Louise Simonson, pero los personajes lejos del enfoque de Claremont, acabaron perdiendo el interes y pasarian a formar parte de X-Force, sus dias de éxito habian pasado.
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