martes, 7 de diciembre de 2010

Beetle Bailey

Sátira de la vida militar en tiempos de paz, cuyos contenidos se han extentido a una permanente y brillante crítica de la sociedad. Su autor, Mort Walker, se sirvió de una idea maquiavélica para justificar la constante presencia del indolente Beetle Bayley en Camp Swampy como recluta: este "pantanoso" campamento había sido abandonado a su suerte por el Pentágono, cuyos mandos no se dignaban dirigir la más mínima orden o comunicación al inepto general Amos Halftrack, jefe supremo del lugar.
Cuando Beetle Bailey empezó el 4 de septiembre de 1950 según la fórmula de tira diaria, su protagonista era un estudiante y no se alistó hasta el 13 de marzo de 1951. Las entregas dominicales, autoconclusivas al igual que las tiras diarias, llegaron a partir del 14 de septiembre de 1952.
Tras el término de la guerra de Corea (conflicto que había dado lugar al ingreso de Beetle en filas), Walker, molesto por la expulsión de la serie del diario militarista Star and Stripes en enero de 1954, devolvió al protagonista a la vida civil y éste pasó una temporada en el hogar paterno. Pero personaje y serie no podían abandonar Camp Swampy, que era su marca de identificación y allí volvieron para siempre.
                                                                         
En ese reino de incompetencia y de la estupidez, la verdadera estrella del espectáculo no es Beetle Bailey, pese a su extrema inutilidad, ni siquiera el general Halftrack, aunque su inclinacación hacia los atractivos de su joven secretaria Miss Buxley haya provocado pequeños escándalos dentro y fuera de la serie.
La auténtica vedette es el gordo y torpe sargento Orville, infantil y sentimental, profundamente solitario, incapaz de integrarse en la vida civil aunque sólo sea durante un permiso de fin de semana, acompañado de un perro, Otto, al que vistió de uniforme y al cual le confió la misión de guiar a ladridos las evoluciones de los reclutas (mordiendo al que perdiera el paso) y elegir los programas de televisión.
                                                            
Con el trancurso del tiempo, Walker ha incorporado cantidad de personajes que posibilitan agudas ironías sobre la actualidad social, como por ejemplo, el teniente de color Flapp, que saludaba a sus superiores con el puño cerrado en alto, al estilo del Black Power.
Gracias a la constante inventiva del autor y de sus colaboradores, Beetle Bailey ha incrementado año tras año su vigencia humoristica y tiene al día de hoy difusón a cargo del King Features Syindicate

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