domingo, 16 de junio de 2019

La Visión de King y Walta

El androide sintezoide más famoso del Universo Marvel vio la luz en The Avengers # 57 (octubre de 1968) de la mano de Roy Thomas y John Buscema, en este mitico número descubrimos que había sido creado por Ultrón con la misión de destruir a Los Vengadores, para su creación el villano uso el cuerpo de La Antorcha Humana original y los patrones cerebrales de Simon Williams (Hombre Maravilla), desde su creación La Visión mostro un rasgo diferencial al resto de robots y androides, siendo este que podía tener emociones humanas tan complejas e intensas como cualquiera de los héroes con los que compartia aventuras. Ya en este primer arco argumental de su creación se vio que podía llorar, mas tarde amar, hay esta su relación con la Bruja Escarlata y el nacimiento de los gemelos o lo que fuera que fuesen. Pero lo verdaderamente llamativo a pesar de su frialdad robotica es la tremenda humanidad que despedia el personaje. En 2016, Tom King y Gabriel Hernández Walta dan un nuevo giro al androide, en esta miniserie de doce números exploran y expanden los limites de las emociones de La Visión, llevándolas por nuevos y sorprendentes caminos.
La Visión ha creado a su imagen y semejanza una familia, compuesta por su mujer Virginia y sus hijos mellizos Viv y Vic, se han mudado a una hermosa casa en una tranquila zona residencial a las afueras de Washington, e incluso ha creado para sus hijos una mascota un perrito llamado Chispas, todo aparentemente perfecto, como sacado de un cuadro de Norman Rockwell y su idealizada versión de América, Sin embargo la trama no va de mostrarnos la vida apacible y feliz del androide, ya que al momento el lector tiene la sensación de que algo va mal, esa premonición produce un constante desasosiego y en el desarrollo del cómic descubriremos como de una cadena de engaños y mentiras, surge el mal. King firma un guión rotundo, complejo y adulto, lleno de infinidad de matices, pero que deslumbra por la exacerbada humanidad con la que trata a La Visión.
Es muy difícil contar algo innovador de un personaje con tan larga trayectoria editorial, lográndolo de forma sobresaliente, consigue que lo apacible y cotidiano se combine con lo aterrador produciendo en el lector una constante sensación de inquietud, no es un cómic de terror, pero a veces lo que nos relatan asusta. Sus diálogos son en apariencia simples pero no nos engañemos están cargados de profundidad, hay una escena increíblemente hermosa La Visión y su hija rezando al dios de los cristianos, para que acoja el alma de un ser querido, es posible que su lógica y fria mente comprenda el sentido del alma y la espiritualidad, si es así esto lo acredita totalmente como humano. Al final queda una expiación de la culpa, con un final trágico y poético a partes iguales, acorde a la historia que nos relata el autor, inicio, desarrollo y final, todo es perfecto, sinceramente no se puede pedir más.
Si el guión es apasionante, el dibujo de Walta no le queda a la zaga, transmitir emociones en un grupo de androides cuyos rostros están vacios de vida es muy difícil sin embargo lo logra de forma sutil y brillante, aparte hay momentos que su lápiz es capaz de mostrarnos el pequeño infierno de ese hogar y la sensación de claustrofobia y ahogo que rodea a los personajes para ello se ayuda de un brillante juego de claro-oscuros, basta recordar que también ejerce de entintador. Por otra parte su diseño gráfico de los personajes es muy bueno, el color de Jordie Bellaire ayuda y mucho a la propuesta gráfica que propone Walta. La Visión de King, Walta y Bellaire, se puede considerar un clásico inmediato, un cómic sin una sola fisura, serie alejada de los convencionalismos del género y que dio nueva vida a un personaje un tanto alicaido, esta nuevo enfoque les sirvió a sus autores para alzarse en 2017 con un premio Eisner a la mejor serie limitada.

La serie mas realista de Marvel: Control de daños

La destrucción en masa siempre ha sido un derivado del negocio de los superhéroes, pero nadie parecia saber qué hacer al respecto hasta que el guionista Dwayne McDuffie y el dibujante Ernie Colon propusieron Damage Control (Control de Daños), una miniserie que apareció en 1989. La siguió una segunda y en ambas McDuffie presentaba a una compañía de construcción con técnicas avanzadas y habilidosos empleados que ganaban mucho dinero limpiando y reparando los desastres resultantes de las peleas entre los superhéroes. Después de que los rayos mortales hayan golpeado con toda su fuerza, después de que los robots gigantes hayan derrumbado media ciudad o que una nave de otro mundo se estrelle en un edifico, Control de Daños esta ahí para reunir los trozos y cobrar sus honorarios.
Esta serie es una extrapolación lógica, un tributo al sistema de libre empresa y asimismo una serie tremendamente divertida. Ubicado en el Flaroton Building de New York, Control de Daños ofrece sus servicios a clientes tan variopintos o dispares como Los Vengadores o La Patrulla-X, la mayoría de los cuales pagan sus facturas mediante sus pólizas de Seguros para Actividades Extraordinarias. Aquellos que no han pagado sus primas lógicamente solicitan ayuda del Gobierno. En el Universo Marvel, donde los villanos nunca mueren realmente y la batalla entre el bien y el mal nunca termina, el único ganador claro es Control de Daños.¿Será así como acabará el Universo Marvel, en un mar de seguros, reglas de construcción y solicitudes de subvenciones?