sábado, 15 de octubre de 2011

The Invisible Boy

USA 1957
Director: Herman Hoffman.
Productora: Pan Productions.
Productor: Nicholas Nayfack.
Guión: Cyril Hume, basado en el cuento homónimo oroginal de Edmund Cooper.
Fotografía: Harold Wellman.
Efectos especiales: Jack Rabin, Irving Block y Louis De Witt.
Intérpretes: Richard Eyer, Philip Abbot, Diane Brewster, Harold J. Stone, Robert H . Harris, Denise Mc Carthy.
Duración: 90 minutos, B/N.

En la génesis de este titulo, tan menor como amable en su falta absoluta de pretensiones, confluyen un par de significativas anécdotas del Hollywood "cincuentero": la progresiva escisión del personal adscrito al todoperoso estudio Metro Goldwyn Mayer y un cierto interés por la captación del público infantil lejos de los dibujos animados o el cine familiar Disney. Al abandonar un cargo en tareas productivas en la MGM, Nicholas Nayfack se encontró con el control de algunos actores de segunda, proyectos no realizados y con Robby, el entrañable robot de Planeta Prohibido (1956).

La carrera en solitario dentro de las filas independientes comienza con una aventura llena de candidez, pensada y plasmada desde la óptica de un niño, auténtico protagonista de la función.
Los esquemas del fantástico, puestos al servicio de un relato en el cual el mundo de la infancia, de las relaciones entre padre y hijo y la libertad imaginativa lo son absolutamente todo.

Aún asi, lo prometedor de este, en realidad cuento, sobre un cientifico, su computadora, un hijo genio y un robot, no alcanza niveles mejores debido a una realización totalmente deslabazada.
El público no entendió el film y creyéndolo una secuela de la citada Planeta Prohibido (mismo productor y guionista) rechazó de pleno los resultados.

domingo, 9 de octubre de 2011

The Shield

The Shield (El Escudo) tiene el honor de de ser uno de los primeros superheroes en usar un traje basado en bandera de los Estados Unidos, y apareció en el mercado catorce meses antes que otro ilustre abanderado, el Capitán América.
El Escudo apareció por primera vez en Pep Comics # 1 (enero de 1940) y fue creado por el guionista Harry Shorten y el dibujante Irv Novick, el personaje surgió del sentimiento patriótico que recorrió el pais antes de la entrada de este en la II Guerra Mundial. Muchos héroes de papel fueron creados como propaganda bélica y al final de la contienda la mayoria desapareció.
El teniente Tom Higgins, estaba trabajando en una fórmula, capaz de otorgar superfuerza a los soldados, pero pereció al ser victima de un intento de los nazis por adquirir el suero. Su hijo Joe, un estudiante de química, continuó con los estudios de su padre y completó la fórmula  utilizando el proceso sobre si mismo; obtuvo un gran poder e invulnerabilidad, adoptando el nombre de The Shield.



Con el tiempo Joe se unió al FBI y sólo el director de la agencia  J. Edward Hoover sabia su doble identidad, pronto reclutó a un joven socio Dusty Simmons, cuyo padre también fue asesinado por agentes extranjeros, unidos por la misma tragedia es adoptado por Joe, y ambos se lanzan a una carrera frenética contra el crimen. En su primera aparición el Capitán América lucia un escudo triangular con una forma muy parecida al traje de The Shield, pero temiendo ser acusado de plagio el personaje pasó a tener un escudo redondo.

En su primera aventura The Shield y Dusty, intentan detener la invasión global que tramaba un pais llamado Moskovia, un pais ficticio formado por elementos de la Alemania nazi y la Unión Soviética.
Pep Comics creó un personaje llamado Archie, sobre un grupo heterogéneo de jóvenes que tuvo un gran éxito, este personaje fue tan popular que eclipsó a todos los demás, y fue la causa por la cual la editorial abandonó los comics de superhéroes siendo conocida en un futuro como Archie Comics.

jueves, 6 de octubre de 2011

Invaders from Mars

USA 1953
Director: William Cameron Menzies.
Productora: National Pictures, distribuida por 20th Century Fox.
Productores: Edward L. Alperson y Ed L. Alperson.
Guión: Richard Blake.
Fotografía: John Seitz.
Música: Raoul Kraushaar.
Diseño de producción: William Cameron Menzies.
Efectos especiales: Jack Cosgrove, Jack Rabin, Irving Block y Howard Lydexker.
Intérpretes: Helena Carter, Arthur Franz, Jimmy Hunt, Leif Erickson, Hillary Brooke, Morris Ankrum, Max Wagner, Bill Phipps, Milburn Stone, Janine Perreau.
Duración: 82 minutos. Color.

Parece cuando menos extraño, que se tenga a esta pelicula en un pedestal, ya que solo su primera media hora es interesante. Tampoco tiene el status de mitica, sus propios defectos y burradas han influido demasiado para considerarla un titulo de oro, con revervas, de esos locos años cincuenta.
A favor tiene la presencia de bastantes personas de peso, principalmente el director y diseñador artistico, un autor en toda regla cuyo principal contacto anterior con el fántastico es la interesantisima La vida futura (1936) recordado por su labor en los decorados, es realmente soberbia.
Es en esa creación de un espacio de decorados coloristas, donde nada puede evitar el rendirse ante su gran trabajo. Aquel camino, aquella valla rota al lado de un árbol, la arena que se abre y traga literalmente a los personajes y el juego de profundidad de campo en el cuartel de policia (talento visual al servicio de una mirada infantil).
Un niño aficionado a la astronomía nota un resplandor en la noche, que resulta ser una nave de origen extraterrestre que ha caido al final del sendero que lleva a su casa. Al dia siguiente, su padre, madre y maestra irán, o serán obligados a ir, al tétrico lugar, desapareciendo y volviendo con una extraña cicatriz en la nuca y una personalidad diferente. ¿Les controlan mentalmente o son marcianos introducidos en los vacios cascarones humanos? Poco importan las respuestas, los apuntes de los raros que son los adultos, de el mal de lo cotidiano, se esfuma al entrar en acción los militares y tener el espectador contacto con el interior del platillo volante, desde ese fatidico momento el tedio se apodera de la función.


El careto con tentáculos adormece con interminables primeros planos y los dos fulanos de chandal de franela verde y ojos saltones corren de un lado a otro con trabucos siderales iluminando rocas de cartón piedra en la repetición infinita de una misma escena, repetida una y otra vez para configurar la hora y veintidós minutos del metraje.
El aburrimiento y el desespero de la audiencia incluyen, inexplicablemente, el penoso trabajo de Menzies en el interior del OVNI. Es hora de reconsiderar los méritos de esta cinta, sopesarlos con sus delirios nada divertidos y poner las cosas en su sitio.