martes, 8 de julio de 2014

Manos Kelly

Manos Kelly es un Western, surgido a primeros de los años 70 en la revista Trinca, publicada por la editorial Doncel, y cuyo creador, tanto argumental como gráfico es el madrileño Antonio Hernández Palacios (1921-2000).
La editorial Ponent Mon recoge en un tomo integral, todas las historias del personaje tanto las creadas en Trinca (1970-73) como en las revista Rambla en 1984.
Manos Kelly es hijo de una inmigrante española y de un marino irlandes único superviviente del Álamo cuando apenas era un niño, sobrevive inmerso en la guerra entre Norteamérica y México, cansado de la batalla reniega de ella, pero esta irremisiblemente le persigue.
En Nogales, un pueblo fronterizo al que llega, se encuentra con un grupo de forajidos que tienen de rehenes a un grupo de indios apaches, viendo el trato vejatorio decide liberarlos y lo consigue. Este hecho será transcendental ya que conocerá a Nah-Lin una bella india y su pacifico pueblo, que viven en un valle perdido, rodeados de una montaña de oro. También hará amistad con un tenaz aragonés de nombre Siglo y que será su compañero de aventuras durante toda la serie, sin olvidarnos del villano, Moriarty.
Palacios firma un Western de factura clásica, donde rinde culto a peliculas como La Diligencia (1939) del maestro John Ford, también destaca por una visión muy humanista de las distintas razas indigenas que poblaban el Sudoeste Americano, a las que retrata con gran dignidad.
El autor desarrolló su carrera en el campo de la publicidad, donde consiguió una gran reputación , cansado del mismo trabajo, probó en el campo del cómic consiguiendo obras como Manos Kelly, El Cid o el clásico europeo Mac McCoy, este último para la editorial francesa Dargaud.
Palacios viajo a Norteamérica  y se enamoró de su cultura y sus paisajes, esto le valió para obtener una gran documentación, ya que en la obra salen personajes reales de la época que de alguna forma comparten protagonismo con el héroe.
Obra de una ambientación y paisajes sobresalientes, destaca por un tratamiento del color, por lo menos en el primer álbum, donde combina una fuerte paleta de rojos y amarillos, obteniendo un resultado muy vanguardista para la época en que fue creado.

Aparte, el autor aporta una exhaustiva visión del paso de los españoles por la zona y del legado cultural que fueron dejando, este tema está muy poco tratado en el mundo del cómic, ya que es raro ver un protagonista español en un Western.
Si bien el dibujo es fantástico, el guión adolece de cierta dejadez, algo más de garra no le hubiera venido mal a la obra, ya que tiene un visión muy paternalista de los españoles y la misión evangélica de sus misioneros.
Obra muy digna, no es lo mejor que ha hecho Palacios, eso nos lo trae Ponent Mon con la publicación en breve de Mac McCoy; mientras esta serie es un buen aperitivo.

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