Los Defensores: Cuatro contra los dioses

Panini nos ofrece las ocho primeras aventuras de Los Defensores, uno de los grupos más extraños de la historia del cómic. Aunque la génesis de este grupo se produjo en Doc Strange # 183 (noviembre 1969), donde el Hechicero Supremo, recibia la petición de ayuda de un antiguo amigo de juventud, el aventurero Kennetn Ward, quien descubre en un solitario valle del Himalaya, un siniestro idolo.
Este idolo es un portal entre dimensiones, que puede dar acceso a nuestro mundo a unos demonios conocidos como  "los que no mueren" y cuyo jefe es un ser de dos cabezas llamado El Sin Nombre.
Roy Thomas guioinista de la historia no pudo terminarla, debido a sus bajas ventas de la serie del Doctor Extraño, lo que llevó a su cancelación.
No obstante, si pudo terminarla en Sub-Mariner # 22 (febrero 1970) donde Extraño invoca a Namor y ambos detienen la entrada de la horda demoniaca, aunque el hechicero debe pagar un alto precio, quedar atrapado en la maligna dimensión.
Esta historia continuó en Hulk # 126 (abril 1970), donde un grupo de humanos, acólitos del culto al Sin Nombre, envian a Hulk para enfrentarse al Acechante Nocturno, vigilante de un pasaje entre dimensiones, por el que los demonios quieren acceder a la Tierra, pero una chica de la secta, Barbara (personaje de vital importancia en el futuro), se sacrifica y libera a Extraño de su prisión mistica y ella valientemente ocupa su lugar.

Asi, Thomas logra enlazar de alguna manera a los personajes que serán la piedra angular de los Defensores.
Otro cómic que sirvió de base fue The Sub-Mariner (nov-diciembre 1970), donde un grupo formado por Namor, Hulk y Silver Surfer, a los que apoda los Tres Titanes, se enfrentan a una pequeña selección de personajes de los Vengadores.
Stan Lee ordena a Thomas crear un nuevo grupo de superhéroes, el guionista se acuerda de Los Tres Titanes, pero Stan no permitió la participación de Silver Surfer, personaje por el que sentia devoción. No obstante, se cambió a Estela por el Doctor Extraño y asi el grupo ya con el nombre definitivo de The Defenders, debutó en Marvel Feature # 1 (diciembre 1971).
 A este número siguieron dos más (marzo y junio 1972) y ya finalmente con fecha de agosto sale el primer número de su serie regular.

Thomas cargado de trabajo, delegó los guiones a un joven Steve Englehart, mientras que los lápices corren a cargo de Sal Buscema.
Estos primeros números enlazan con la historia del Sin Nombre y sus hordas demoniacas, en el número dos libre del corsé impuesto por Stan Lee, aparece ya en la colección como miembro por derecho propio Silver Surfer, viajando todos los héroes a la dimensión demoniaca donde liberar a Barbara de su cautiverio, pero la joven se corrompe por su contacto con el dios-monstruo volviéndose loca. A través de esta alma torturada, La Encantadora crea un personaje clave en el devenir del grupo y asi nace La Valquiria, todo un hito del feminismo, ya que fue presentada como una heroina altiva y poderosa, capaz de poner en jaque a muchas de sus contrapartidas masculinas. En esa misma historia aparece El Caballero Negro, que acabaria convertido en piedra y que con el tiempo acabaria siendo miembro del grupo, la formación clásica se completaria con Ojo de Halcón recien salido de otro supergrupo, Los Vengadores.

Como se comentó al principio, lo definitorio de este grupo, es que estaban formado por héroes huraños, solitarios y antisociales, en definitiva en antihéroes, de hecho el equipo fue conocido como el no-grupo, la causa era que no habia un lider definido, no tenian reglas, simplememte cuando tenian un enemigo común se unian, eran todo lo contario al otro gran grupo Marvel de el época, Los Vengadores.
Englehart crea un puñado de historias entretenidas, de factura clásica. Aunque hija de su época, la serie peca de simplismo, los rivales son de factura esotérica para que se luzca Extraño, lo que resta efectividad y lucimiento a los demás integrantes del grupo.
Sal Buscema demuestra que es más que un mero artesano, ofreciendo un trabajo pulcro y lleno de ritmo, ambos autores se compenetraron a la perfección y años después darian lo mejor de si mismos para la colección del Capitán América. Obra muy digna, pero que le pesa el paso de los años, aun asi vale la pena disfrutarla.