lunes, 1 de octubre de 2012

Batman

USA 1966
Director: Leslie H. Martinson.
Productora: 20th Century Fox/Greenlaw/National Periodical Publications.
Producción: William Dozler.
Guión: Lorenzo Semple Jr.
Efectos especiales: L.B. Abott.
Intérpretes: Adam West, Burt Ward, Lee Meriwether, César Romero, Burgess Meredith, Frank Gorshin, Reginald Denny, Milton Frome, George Sawaya, Dick Crockett, Gil Perkins, Teru Shimada, Ivan Triesault, Jack La Lanne.
Duración: 105 minutos. Color.

Pese a haber sido llevado a la pantalla con anterioridad en un par de ocasiones, no seria hasta 1966, con motivo de la incalificable serie televisiva basada en él ,cuando el personaje creado por Bob Kane en 1939, alcanzaría el estatus de auténtico fenómeno popular.
La mencionada serie no se parecia a nada que hubiera asomado anteriormente por T.V. y creó, primero una verdadera ola de estupefacción entre los anonadados espectadores y más tarde, pasado el impacto inicial, un furor y una adición como pocas veces se han visto.
Mientras, el tono imperante en los cómics habia sido en un principio, oscuro y lúgrube, para con el tiempo, deslizarse hacia ambientes más ligeros y grotescos. La serie por su parte, exprimia a fondo dicho enfoque estrambótico, elevándolo al infinito y barnizándolo de paso con un fina capa de autoironia.
La serie, que se prolongaria a lo largo de 120 episodios entre 1966 y 1969, lograría extenderse por 106 paises, alcanzando una audiencia de 400 millones de personas, lo cual supuso el estrellato momentáneo para sus inefables protagonistas; Adam West, un desconocido actor de reparto con algunos episodios en series menores y Burt Ward un chaval de 20 años, que convenció a los productores de sus cualidades interpretativas rompiendo un ladrillo con un golpre de kárate.
Todas las historias se dividian en dos episodios, que siguiendo los esquemas de los seriales, solian colocar a nuestros héroes en una situación desesperada al final de la primera parte, mientras la alarmada voz del narrador rogaba a los espectadores a permanecer atentos a la inesperada conclusión. Por supuesto, al principio del siguiente episodio, un ingenuo giro argumental colocaba a los dos héroes de nuevo a salvo.
Planificado en principio como un episodio piloto previo a la emisión de la serie, el largometraje que nos ocupa se dejaria de lado hasta terminar de rodarse la totalidad de los episodios de la primera temporada. Esto fue debido a que cuando la ABC descubrió que sus indices de audiencia estaban de capa caída, decidió dar salida inmediatamente a la nueva serie, aplazando de momento el más caro y laborioso rodaje del largomatraje.
En esta nueva tesitura, el film serviría a la productora para promocionar la serie en los mercados extranjeros e intentar colocarla en otras televiones, asi como, aprovechando su mayor presupuesto, construir vehiculos como el Bat-cóptero o la Bat-lancha que dentro de los parámetros económicos televisivos hubieran sido imposibles de fabricar y que de este modo se añadirian a la serie a partir de su segunda temporada.
Bajo las máscaras de los héroes seguimos hallando al millonario Bruce Wayne y su pupilo Dick Grayson, quienes tienen que enfrentarse a un cuarteto formado por el Joker, Pinguino, Catwoman y Acertijo, los cuales se han aliado con objeto de hacerse con una valiosa máquina deshidratadora, aparato de suma importancia en sus planes de conquista global.
El metraje se halla salpicado de momentos antológicos o momentazos frikis, dependiendo de la benevolencia del espectador, como aquel en que inmersos en una trepidante persecución, Batman se detiene en seco frente a un semáforo en rojo, después de que los malosos se lo hayan saltado y al protestar Robin por tal pérdida de tiempo, el héroe afirma estoico, "debemos respetar las normas, Robin, si por atraparlos utlizamos sus mismos métodos ¿que nos diferencia entonces?", o cuando, en una situación de emergencia deciden atravesar medio Gotham corriendo, ante la mirada atónita de los transeuntes porque es bueno para mantenerse en forma.
El irracional guión firmado por Lorenzo Jr, da ocasión a los entusiastas intérpretes, para convertir sus actuaciones en una auténtica fiesta de excesos, todos ellos bajo la batuta de un realizador, quien se limitaba a dirigir con un ojo puesto en los actores y el otro puesto en el libro de estilo de la serie. En definitiva, un hilarante espectáculo, más relacionado con lo circense que con lo cinematográfico.

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