sábado, 13 de octubre de 2012

Los Vengadores vs Los Defensores

Panini en su colección Marvel Gold publica un cómic muy especial, el primer multicrossover de la historia del medio. En este evento se enfrentaban Los Vengadores, un equipo con cierta antigüedad a sus espaldas, a unos recién llegados formados por los personajes más huraños y antisociales de la editorial, Los Defensores.
El creador de este colosal enfrentamiento fue Steve Englehart, pese a la aparente dificultad de cuadrar esta linea argumental, el autor lo tuvo relativamente facil al ser el guionista por entonces de las dos colecciones, asi en The Avengers # 115 (septiembre 1973) dio el pistoletazo de salida a la historia, la cual fue alternando con la colección mensual de The Defenders, consiguiendo una obra bien trenzada y estructurada.
Un cegado Loki, está a punto de caer a un precipicio, sin embargo antes de que toque el suelo su cuerpo desaparece, para ir a parar a la oscura dimensión de Dormammu. Este hace un trato con el esgardiano, le devolverá la vista a cambio de su colaboración para conseguir un artefacto llamado el Ojo del Mal, con el que poder conseguir dominar nuestro mundo.
Pero el Ojo se dividió en seis partes, para conseguirlas los villanos deciden manipular a Los Defensores, hecho que hará que los Vengadores se interpongan en tal propósito. Divididos en varias facciones, los dos grupos se enfrentarán para conseguir las piezas del maligno artilugio, al final se darán cuenta del engaño e irán a la dimensión de Dormammu a plantar cara al villano.
Englehart crea unos lucidos enfrentamientos, algunos muy notables como el de Silver Surfer vs Visión y Bruja Escarlata y otros más anodinos como el Espadachin y la Valquiria, aunque el más molón sea el de dos colosos como son Thor y Hulk.
Los dibujantes de la serie son Bob Brow, por aquel entonces dibujante de Los Vengadores, un autor cumplidor, aunque falto de espectacularidad y Sal Buscema dibujante de Los Defensores, que hace un trabajo más lucido, demostrando una vez más que era algo más que un mero artesano.
Si de algo peca esta serie, es su ingenuidad, eran otros tiempos, más placidos y sencillos, siendo los cómics ejemplo de la sociedad y la época en que fueron creados, pero esta simplicidad es suplida con un ritmo vertiginoso, haciendo pasar al lector un rato de puro entretenimiento. No se puede pedir más!.

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