domingo, 10 de octubre de 2010

Escuadrón Supremo.

Roy Thomas creció leyendo cómics y uno de sus favoritos era sin duda la JLA, este grupo estaba formado por los héroes más emblemáticos de la editorial DC. A Thomas su trayectoria profesional le llevaria como guionista a Marvel y entre las muchas colecciones en las que trabajó destaca una estupenda etapa al frente de los Vengadores. Durante una fiesta coincidió con el por entonces, guionista de la JLA y ambos acordaron una contrapartida de sus colecciones respectivas. Asi los Vengadores se enfrentan al Escuadrón Supremo, un calco de los personajes clásicos de DC, como Superman, Batman, Wonder Woman, Flash etc..
Si bien es cierto que en su debut eran el Escuadrón Siniestro, un grupo de supervillanos de una tierra alternativa, pero Thomas se dio cuenta que esta no era forma de homenajear  a sus héroes de la infancia y en posteriores enfrentamientos con los Vengadores, los pasó al lado de los buenos, pasándose a llamar por el que seria su nombre definitivo Escuadrón Supremo.
Este Marvel Gold es una maxiserie de 12 números, guionizada por Mark Gruendwald y donde nos encontramos con que el Escuadrón  es manipulado  por la entidad extraterrestre Mente Suprema, lo cual lleva a Estados Unidos a declarar la guerra al mundo, con lo que ello conlleva, hambrunas, desconfianza y desolación.
Tras liberarse de la influencia de Mente Suprema, el Escuadrón asume la decisión de tomar el control de los USA y solucionar todos los problemas que asolan al mundo: hambre, seguridad ciudadana, caos y al cabo de un tiempo cederán el poder a representantes civiles, este proyecto se llamara Utopia.
Si bien los ideales que mueven al grupo son los correctos y los resultados satisfactorios, las discrepancias internas son feroces, pues algunos miembros no están de acuerdo con los métodos empleados, como la falta de libertad de los ciudadanos o emplear una máquina para modificar la conducta. El desencadenante de esta lucha interna serán traiciones, odios y la muerte de alguno de sus integrantes.
El guión de Gruendwald es sofisticado para la época, lejos de los tipicos y tópicos enfrentamientos de superhéroes, la historia toca temas como el fascismo, el sexo o la muerte de forma adulta y extremadamente realista, un cómic hecho con total libertad y sin ataduras de continuidad.
Los dibujantes Bob Hall y Paul Ryan no son espectaculares pero cumplen con la narrativa. Esta obra pasó inmerecidamente desapercibida en España, siendo una de las mejores historias de Marvel de los 80, una obra muy seria y con un transfondo de los que impactan y dejan muy buen sabor de boca. Totalmente recomendable.

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