viernes, 29 de julio de 2011

La superllave de la fortaleza de Superman (Action Comics # 241)

En el número 241 de Action Comics (junio 1958), se produjo una de las aventuras más increibles del Hombre de Acero.
Como todos sabemos, Superman tiene en las desoladas regiones del ártico un lugar muy especial, la Fortaleza de la Soledad, un refugio donde guarda los trofeos y recuerdos de su asombrosa vida.
Pues bien, este refugio solo puede abrirse con una gigantesca y pesada llave, por lo que el acceso a la fortaleza es prácticamente imposible.
Un dia realizando unos experimentos, descubre con asombro que un intruso le deja un mensaje grabado en la pared se su santuario "prepárate para el mayor enigma de tu vida, Superman, puedo entrar y salir cuando quiera!! ¿quién soy yo? ¿como puedo hacerlo? te reto a que lo averigües".
Asi empieza el mayor reto de Superman, descubrir quien es el misterioso intruso y como tuvo acceso a su fortaleza, poco a poco ira descubriendo pistas que le llevara a descubrir al extraño merodeador y que para su sorpresa y la nuestra es Batman.
Todo se complica cuando un terremoto sacude el refugio y atrapa a ambos héroes bajo unos cascotes y de ellos surge un pedrusco de kryptonita, con Superman al borde de la muerte le ruega a su amigo que le cuente como entró y porqué.
Batman hace un detallado relato de su rocambolesca entrada, abrió con un soplete un hueco en la enorme llave y se escondió dentro, una vez dentro de la fortaleza, se ócultó tras un trofeo de plomo para que Superman no le localizara con su supervisión, más tarde se hizo pasar por su propia figura de cera y el motivo es simple, como era el aniversario de la llegada del superhombre a la Tierra, que mejor que hacerle un regalo muy especial, un enigma lo suficientemente complicado que fuera un reto para el mismisimo Hombre de Acero.

Pero Superman es más listo de lo que parece y entre risas le comenta a Batman que lo habia descubierto hace tiempo y que la kryptonita era falsa, solo era un señuelo para hacerle confesar sus intenciones.
Esta historia clásica fuer creada por Jerry Coleman y dibujada por Wayne Boring, en la portada estaba Curt Swan, la lectura de esta obra es una verdadera delicia y si quereis saber el final, ambos héroes se zampan una enorme tarta, buena manera de sellar una amistad.

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