domingo, 31 de julio de 2011

The Invisible Invaders

USA 1959
Director: Edward L. Cahn.
Productora: Premium.
Productor: Robert E. Kent.
Guión: Samuel Newman.
Fotografía: Maury Gertsmen.
Efectos especiales: Roger George.
Intérpretes: John Agar, Jean Byron, Robert Hutton, John Carradine, Paul Langton, Eden Hartford.
Duración: 67 minutos B/N.

Cordial despropósito cuya mayor virtud, si puede llamársela de esa forma, es destrozar simple, llana y deliberadamente una buena idea y un meticuloso (dentro de un orden) guión.
De nada sirve todo ello si la labor del director se salda con una desidia irrespetuosa, cortesia del señor Cahn, aficionado a rodajes meteóricos, al amortizamiento del producto con la repetición infinita de insertos y a al recosido ilógico de filmaciones de archivo.

El devenir del tiempo ha dotado a calamidades como ésta de un sentido del humor retroactivo que las hace aparecer en la lista de "clásicos" del desatino, venerada por toda una generación de seguidores de todo tipo de frikeces.
El asunto desarrollado en una hora escasa, obsequia con la invasión selenita a la Tierra. Los habitantes de la Luna son seres invisibles, por eso no se les capta con los telescopios ni satélites, su caracterización es fracamente penosa, estos aliens toman posesión de unos cuantos cadáveres y deciden asesinar a los terricolas para ubicar dentro de sus cuerpos a futuros congéneres.


Pero nadie es perfecto, ya que no podrán hacer nada frente a John Agar y los ultrasonidos, tópica manera de finiquitar la invasión extraterrestre.
Solo merece mención John Carradine, extraordinario actor que simultaneó su carrera teatral o apariciones en piezas maestras de John Ford, con alimenticias pérdidas de tiempo al uso, como esta nimiedad.

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