sábado, 3 de septiembre de 2011

La Tierra contra los Platillos Volantes

Earth versus the Fling Saucers
USA 1956
Director: Ferd F.Sears.
Productora: Columbia Pictures.
Pruductores: Charles H. Schneer y Ray Harryhausen.
Guión: George Worthington y Raimond T. Marcus, sobre argumento original de Curt Siodmak.
Fotografía: Fred Jackman Jr.
Música: Misha Bakaleinikoff.
Montaje: Danny D. Landers.
Efectos especiales: Ray Harryhausen, Russ Kelley.
Intérpretes: Hugh Marlowe, Joan Taylor, Donald Curtis, Morris Ankrum, Harry Lauter.
Duración: 80 minutos B/N.

El trabajo de autor cinematogràfico que ha llevado a cabo Ray Harryhausen  le ha vinculado casi siempre a mundos legendarios y extraordinarios seres a los que dar animación. En este clásico de la ciencia ficción, los efectos especiales se desarrollan en objetos, en este caso en platillos volantes, una labor casi inedita en Harryhausen.
Inscrita por completo a la moda de la invasión extraterrestre, corriente que vio la luz de forma paralela a la guerra fria, hay los suficientes puntos de originalidad e interés para colocar a esta producción en el pelotón de cabeza del género.

En primer lugar, hay que subrayar el rigor, casi documentalista, con el que se relata la aparición, el contacto y la lucha de las fuerzas invasoras, pasos éstos de credibilidad sociopolitica obviada en otras produciones de serie B de argumentos parecidos.
También es simpatica y loable la trama cientifica, con un detallado estudio del mundo de los satélites artificiales y los ultrasonidos, los cuales serán el arma de ataque de los extraterrestres robots a Gor, el ayudante de Michael Rennie en Ultimatun a la Tierra (1951).

 
La concisa narración, milimétrica en su desarrollo, se basa en un argumento de una persona muy afin al fantástico en todas sus facetas, Curt Siodmak, hermano del quizás más respetado Robert. El guión fue escrito, por otro especialista, Goerge Worthiington Yates, autor de La humanidad en peligro (1951) e It Came from Beneath the Sea (1955), donde ya contactó con el binomio Schneer-Harryhausen.
Aunque el uso de la stopmotion, no permitiera una gran espectacularidad aplicada a los platillos volantes, los resultados en pantalla son más que eficaces.

Unido todo a las maquetas de Washington devastado en sus monumentos más reconocibles por las ondas ultrasónicas malvadas, se consiguió realizar una de las peliculas mas entretenidas del género.

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