martes, 28 de febrero de 2012

The Beast of Yucca Flats

USA 1961
Director: Coleman Francis.
Productora: Cardoza-Francis Films.
Productor: Anthony Cardoza.
Guión: C. Francis.
Música: Irwin Nafshun, Al Remington.
Montaje: C. Francis.
Maquillaje: L. Aten.
Efectos especiales: Ray Mercer.
Intérpretes: Tor Johnson, Douglas Mellor, Larry Afen, Barbara Francis, Bong Stafford, Tony Cardoza, Conrad Brooks.
Duración: 60 minutos, B/N.

"Temporada de vacaciones. Un hombre y su esposa desconocen los avances de la ciencia", dice el narrador para presentar a las primeras victimas de la Bestia. Y ésta es sólo una de las muchas perlas que la atrofiada y reiterada voz en off de este film imposible desgrana a lo largo de su menguado metraje.
En tosco blanco y negro y prácticamente sin dialogos, Coleman Francis realizó este verdadero prodigio del cine casposo acumulando errores y soluciones incompetentes con tanta impudicia que The Beast of Yucca Flats aparece hoy casi como una extraña muestra de vanguardia casual, su nada convencinal narrativa, las interpretaciones sonámbulas, las acciones abstractas de puro tontas (la Bestia persigue a unos niños armada con unas ramas) y esa inoperante voz en off tan amiga de recurrencias, se combinan en un insólito efecto de hipnótica extrañeza.
El ex-campeón de lucha libre de origen sueco Tor Johnson, actor fetiche de otro director friki, Ed Wood jr, encarna en su registro habitual a un cientifico de origen ruso que en el curso de una emboscada, es afectado por unas radiaciones que le convierten en la Bestia de Yucca Flats. Virtual premio nobel reducido a una grotesca  especie de eslabón perdido por obra y gracia de la energia atómica, Johnson se ocultará en una cueva y dedicará su tiempo libre a darle unos cuantos sustos a todo aquel dominguero que le incordie.
Su vida de buen salvaje eternamente enfadado no llegará a buen fin, pues la policía acabará con él tras unas persecuciones ajenas a todo sentido del espectáculo.
La Bestia no obstante, se despedirá del mundo con un postrero y críptico gesto de humanidad, realizado con su enorme mano, liberará al conejito que se ha ido a colocar bajo su corpachon de casi doscientos kilos de carne inerte.
El público que haya llegado hasta ahí se preguntará, si con la Bestia muerta, ¿quién demonios estrangula a esa chica semi-desnuda poco antes de los créditos finales?.

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