martes, 24 de enero de 2012

La Máscara de Fu-Manchú

The Mask of Fu-Manchu
USA 1932
Director: Charles Brabin, Charles Vidor.
Productora: Cosmopolitan/ Metro Goldwyn Mayer.
Productor: Irving Thalberg.
Guión: Irene Kuhn, Edgard Allan Wolf, John Willard.
Fotografía: Tony Gaudio.
Efectos especiales: Kenneth Strickfaden.
Intérpretes: Boris Karloff, Lewis Stone, Myrna Loy, Karen Morley, Charles Starrett, Jean Hersholt.

Creado por el escritor inglés Arthur Saxfield Ward (1883-1955), más conocido como Sax Rohmer, Fu-Manchú no sólo desplegaría sus malas artes en el terreno literario, si no que pronto desarrollaría también una segunda y fértil vida filmica.
En su primera aparición en la pantalla grande, adoptó los rasgos del actor Harry Agar Lyons del serial británico de 15 episodios The Mystery of Dr.Fumanchu (1923) dirigido por A.E. Coleby. Ya en los Estados Unidos, el sueco Warner Oland  recogerá la antorcha del personaje en tres nuevas peliculas: The Mysterious Dr. Fumanchu (1929), The Return of Dr. Fumanchu, ambas dirigidas eficazmente por Rowland V. Lee y Daughter of the Dragon (1931), dirigida por Lloyd Corrigan.
Al año sigiente, gracias a la intervención del mitico productor Irving Thalberg, se realizaria el mejor film de la serie de la creación de Sax Rommer; La máscara de Fu-Manchú.

Ya la publicidad del estudio se encargaba de recordar al público que éste era un nuevo Fu-Manchú, diseñado a la medida del gran Boris Karloff, que fue cedido por la Universal a la MGM y recién salido de dos éxitos como el Doctor Frankenstein (1931) y El caserón de las sombras (1932). Karloff aportó al pesonaje una capa de puro y muy refinado sadismo, consiguiendo una de sus mejores interpretaciones.
El argumento narraba las maquinaciones del megalómano oriental para apoderarse de la espada y la máscara de Ghengis Kahn, posesiones que le otorgaran el poder necesario para apoderarse de toda Asia y después le seguirá el mundo, pero sus planes de conquista serán obstaculizados por su enemigo natural, el diplomático inglés Nayland Smith.
El guión captura a la perfección la ideología toscamente imperialista, racista y xenófoba de las novelas de Rohmer, mientras que la dirección de Vidor y Brabin, resulta lo suficientemente ágil como para enmascarar lo frágil del argumento. Lo más destacable sin duda, resultan las gozosas composiciones tanto del majestuoso Karloff como de la bella Myrna Loy, en la piel de la sádica y ninfómana hija del genio del mal.
Tras esta memorable versión del personaje, la siguiente incursión fílmica adoptaría de nuevo el formato de serial en 15 episodios: Los tambores de Fu-Manchú (1940), una trepidante producción de la Republic, dirigida por los habituales William Witney y John English, donde el diablo de ojos rasgados seria interpretado por Henry Brandon. De este serial se estrenaría tres años más tarde una nueva versión en forma de largometraje de 68 minutos de duración.
Finalmente, a partir de mediados de los 60 y tras un prolongado silencio filmico, el maligno oriental regresaría a la pantalla gracias a una serie de cinco peliculas debidas al productor Harry Allan Towers y con el único actor en ese momento capaz de hacernos olvidar a Karloff, Cristopher Lee.
Pese a todo, la serie no lograría superar los logros conseguidos por  La máscara de Fu-Manchú, tres décadas antes, aun contando con un Lee en plena forma.

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