martes, 4 de enero de 2011

La Mosca.

The Fly
USA 1958
Director: Kurt Neuman.
Productora: 20th Century Fox.
Productor: Kurt Neumann.
Guión: James Clavell.
Fotografia: Karl Struss.
Efectos especiales: Lyle B. Abbot.
Interpretes: Al Hedison, Patricia Owens, Vincent Price, Herbet Marsall, Charles Herbet.

La mosca constituye una de las cimas de la ciencia ficción norteamericana de los años 50, así como una de las más caras producciones abordadas hasta ese momento por el género.
Al Hedison interpreta a un científico que acaba de inventar una máquina que puede transportar materia de un lugar a otro, para ello debe desintegrar la materia para después reordenar los átomos en un aparato receptor situado en cualquier otro sitio. El científico explica a su mujer (Patricia Owens) que dicha máquina servirá para que las personas puedan viajar de forma inmediata a cualquier parte del mundo, revolucionando de esta forma los transportes y comunicaciones.
Tras conseguir superar con exito las primeras pruebas, decide experimentar con su propio cuerpo la transmutación, pero una mosca comun intercambia sus atomos durante el proceso, asi cuando sale del aparato descubre con horror que parte de su anatomía ha sido intercambiada con la del insecto, en definitiva ahora es un ser humano con con la cabeza y una pata de mosca y vicersa la mosca posee cabeza y un brazo humano.

El problema será revertir el proceso, para lo cual es necesario encontrar antes a la mosca, pero poco a poco los instintos del insecto se irán abriendo paso en la personalidad del cientifico, hasta que éste decide, en un instante de lucidez, suicidarse para no poner en peligro a sus seres queridos.
Con un guíón del polifacético hombre de cine James Clavell , La Mosca destaca por tener uno de los finales más sorprendentes y siniestros de toda la historia del fantástico. Adaptada de Clavell de un cuento de George Langelaan, la película significaría también el testamento cinematográfico de su director, Neumann, quién moriría poco después del rodaje.

El enorme éxito de taquilla daría lugar a un par de secuelas de muy inferior cálidad a la original; El regreso de la mosca (1959) de Edward L.Bernds y Curse of the Fly (1965) dirigida en Gran Bretaña por Don Sharp.
En 1986 el cinestas David Cronenberg realizó un remake más sangriento y visceral, muy alejado de los parametros inpuestos por esta joya del fantástico.

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